Ing. Cardoso: varios lectores nos han manifestado que esperaban más de sus auxiliares auditivos y muchos no se sienten satisfechos con los resultados ¿Qué nos puede usted decir al respecto?

La respuesta es muy sencilla. Para hablar con personas con audición limitada, aunque no usen auxiliares auditivos, tenemos que hablarles despacio, de frente, cerca, sin gritar y, preferentemente, en ambientes de bajo ruido.

Para que lo anterior sea cierto, los Auxiliares Auditivos deben cumplir los siguientes requisitos:

  • Los auxiliares han sido adaptados correctamente; que no piten.
  • Que no sean auxiliares patito como los de algunas donaciones.
  • Que sean los adecuados para el tipo de pérdida; que se oiga claro.
  • Deben poder hacer transposición de frecuencias para poder entender un poco mejor.
  • Deben tener filtros de ruido para no amplificar los sonidos fuertes
  • Capacidad de direccionalidad inteligente de los micrófonos.
  • Inteligencia artificial para adaptarse al sonido ambiente automáticamente.
  • El molde debe tener características indispensables, como la ventilación adecuada, el calibre de la manguera, “collection vent” en caso necesario, efecto Libby, etc., etc.. etc.
  • Que la fórmula de adaptación sea la correcta, en especial en los niños.
  • Y cumplir con muchos, pero muchos detalles más…

 

Si alguno de los factores anteriores falla, la experiencia auditiva será sensiblemente deficiente.

Es muy importante entender que los auxiliares auditivos son conversacionales. Esto quiere decir que cualquier auxiliar auditivo va a funcionar de manera óptima en un radio de aproximadamente 1 a 2 metros y, si hay ruido de fondo como un aire acondicionado, un ventilador o la televisión prendida, la capacidad para escuchar con claridad decrece sustancialmente.

¿Y por qué es esto Ing. Cardoso? La intensidad del sonido se comporta obedeciendo la ley del cuadrado inverso de la distancia y ésta nos dice que a medida que me alejo de la fuente de sonido, la intensidad decrece rapidísimamente.

En otras palabras: si una persona está hablando y mido la intensidad de su voz a una distancia de 1 metro y también la mido a una distancia de 2 metros, a 1 metro de distancia la percepción de la intensidad del sonido será 4 veces mayor que a 2 metros de distancia.

Para una persona con audición limitada, un metro desde la fuente sonora, hace una grandísima diferencia. Y si me retiro a 3 metros de distancia, entonces la intensidad del sonido será 12 veces menor y así sucesivamente.

 

 

Por lo tanto, para poder escuchar bien con auxiliares auditivos es muy importante hablar de cerca, de frente, despacio, sin gritar y que los auxiliares estén bien adaptados lo cual, desgraciadamente, no ocurre con mucha frecuencia.

¿Por qué hay que hablar de frente Ing. Cardoso? Recordemos que el que oye es el cerebro. Esto es muy importante entenderlo. Los oídos solamente convierten la presión del sonido en impulsos eléctricos que corren por las vías auditivas superiores y la experiencia auditiva se construye en el cerebro. El cerebro es el mejor auxiliar auditivo que existe y, si estimulamos los dos oídos, la audición será más plena.

¿Ing. Cardoso, y por qué no debemos de gritar?

Porque si gritamos la voz se distorsiona y las personas que usan auxiliares auditivos van a escuchar menos claro. Recordemos que la pérdida auditiva, en la mayoría de los casos, no es un problema de volumen sino un problema de claridad. Entre más cerca estemos de nuestro interlocutor, vamos a hablar menos fuerte y nos entenderán mejor.

 

 

¿Ing. Cardoso, y por qué debemos de hablar despacio?
Por que hay que recordar que ciertos fonemas, como las vocales, son muy intensos y, junto a fonemas suaves como la /s/, la /t/, la /f/ literalmente los ahogan, es decir los enmascaran. Al hablar despacio les damos “espacio”. Si digo sesenta y setenta con rapidez es probable que se confundan. De ahí que digamos oigo, pero no entiendo.

¿Ing. Cardoso, y cuál es la naturaleza de la pérdida auditiva más común?
Una gran mayoría de las pérdidas auditivas son neurosensoriales. Esto quiere decir que el oído, con la edad o por exposición prolongada a ruidos muy fuertes u otras patologías menos frecuentes, pierde las neuronas que están presentes cuando nacemos.

Más o menos a partir de los sesenta años empezamos a perder estas células. Esto es imperceptible, nos acostumbramos y lo empezamos a notar cuando oímos pero no entendemos. Si esto nos pasara en los ojos, veríamos borroso con o sin anteojos.

No puedo enfatizar suficientemente la importancia de usar auxiliares auditivos en las primeras etapas de la disminución de la audición. Recordando que el que oye es el cerebro, al dejar de oír, aunque sea un poquito, empezamos a perder la capacidad de discriminación y, entre más tiempo pase, más trabajo nos va a costar recuperarla. Se nos olvida entender bien la voz y culpamos a los demás de que hablan entre dientes.

Gracias a la miniaturización de los auxiliares auditivos, el estigma de su uso va disminuyendo. Actualmente los auxiliares auditivos son prácticamente imperceptibles, pero aún así en ocasiones hay mucha resistencia a su uso, cuando debemos de entender que es un problema que afecta a toda la familia.

Ing. Cardoso, usted mencionó una serie de factores que deben cumplirse para oír lo mejor posible; ¿por qué no se tiene el cuidado necesario en las adaptaciones?

Para ilustrar esta pregunta voy a narrar la fábula de Higinio escrita hace más de 2,000 años a propósito del Cuidado:

“Un día cuando Cuidado se disponía a atravesar un río, se sintió inspirado al fijarse en un pedazo de barro y comenzó a darle forma, cuando apareció Júpiter. Cuidado le pidió a Júpiter que insuflara a su obra con su espíritu, lo que éste hizo de buen agrado. Cuidado quiso nombrar a su criatura como él, pero Júpiter se lo prohibió, a menos que le llamara como él. En eso apareció Tierra, quien también quiso llamar a la criatura con su nombre pues estaba hecha de su propia materia. Los tres le pidieron a Saturno que actuara como árbitro y Saturno tomó la siguiente decisión: “Tú, Júpiter quien le otorgaste el espíritu, recibirás de vuelta este espíritu cuando la criatura muera. Tú Tierra, quien le otorgó el cuerpo, recibirás de vuelta la corporeidad de la criatura cuando ésta muera. Más tú, Cuidado, quien moldeó a la criatura, determinará cuales son los cuidados que debe recibir la criatura mientras ésta viva. A la criatura la llamaron hombre que se deriva de “humus” que quiere decir tierra fértil”

Cuidado es la esencia y lo que da cohesión al ser humano. Sin Cuidado no existiríamos; lo recibimos de nuestros padres al nacer y lo recibiremos, en la ancianidad, de nuestros hijos. Cuidamos lo que amamos y amamos lo que cuidamos.

Por cierto, médico quiere decir “el que cuida”, del verbo medeor en la voz latina.

Mediante el cuidado se expresan dos sentidos básicos. Primero, significa una relación amorosa, suave, amigable y protectora hacia nuestro semejante. Es la mano extendida para una alianza de vivir y convivir humanamente. En segundo lugar, el cuidado es todo tipo de implicación con aquellos que nos son cercanos. El ser humano es alguien que necesita ser cuidado, acogido, valorado y amado. [L. Boff y D. Winnicott]

Dice Rollo May: «En la actual confusión de episodios racionalistas y técnicos, perdemos de vista al ser humano. Debemos volver humildemente al simple cuidado. Es el mito del cuidado, y sólo él, lo que nos permite resistir al cinismo y a la apatía, las enfermedades psicológicas de nuestro tiempo» (En Eros y represión, Vozes 1982: 340)

Las adaptaciones no siempre se hacen con Cuidado. En muchos casos priva la negligencia, la falta de conocimiento y, en otros, pesan más las consideraciones económicas que el bienestar del cliente. Sin Cuidado no se dedica el tiempo necesario a la adaptación de los auxiliares porque deja de ser rentable y lo que se quiere es que el cliente ya no de lata. Adaptar auxiliares auditivos requiere cuidado y tiempo de calidad. Es una obligación; no estamos haciéndole un favor al cliente; ellos son personas, personas de carne y hueso como nosotros, que llegan cargando historias desgarradoras por años, que solo buscan Cuidado y no ser nuevamente cosificados.

Las adaptaciones de auxiliares que hace el Ing. Cardoso, tanto en niños como en adultos, son excelentes, por lo que me permito recomendarlo ampliamente”.

Dr. Javier Dibildox Martínez

La experiencia que hace 35 años sufrí con el problema auditiva de mi hijo me hizo muy sensible a esta problemática. Cada día que pasa me asombra más el milagro y la complejidad del fenómeno auditivo y me acerco a éste con reverencia, respeto y admiración, consciente de mis limitaciones como ser humano. A los profesionistas que proveemos Cuidado se nos olvida que no somos dioses; somos humanos… demasiado humanos; en realidad sabemos muy poquito y sólo estamos de paso.

¿Ing. Cardoso: es posible ampliar el rango de recepción de los auxiliares auditivos para oír mejor el teléfono, oír mejor en Misa, oír la televisión, una junta de trabajo, la plática en una comida en la intimidad del hogar o en una reunión social?

La respuesta es sí. Hoy en día tenemos a la mano tecnología fantástica, muy accesible en precio (a la mitad de lo que cuesta en Estados Unidos) y muy confiable en su funcionamiento. De esta manera podemos escuchar con claridad hasta una distancia de 15 metros en línea recta, como si nos estuvieran hablando directamente en el oído. Este es un avance tecnológico muy importante. Con tristeza vemos que el mercado se fija más en factores como el número de canales de los auxiliares, por citar un ejemplo, cuando hay elementos mucho más importantes para tener una mejor experiencia auditiva.

¿Nos podría decir dónde pueden localizarlo?

En Av. Venustiano Carranza 1120-1 en los teléfonos (444) 811-1128; (444) 831-2154; Celular y WhatsApp 44-42-81-10-11 Mi correo personal: scardosov@ gmail.com

Ing. Santiago Cardoso ¡¡Muchas gracias por esta cuarta entrevista!!

Es un placer. Espero fervientemente que esta información le sea de utilidad a sus lectores.